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viernes, 22 de enero de 2010

Pues a ver si voy a tener razón.

Y me explico. Tengo la teoría que cuando a uno lo azotan por lo que dice o lo que hace, sin argumentar y con insultos, es que, en realidad, le están dando la razón.

Hace casi un mes escribí una entrada en este blog, titulada Libres. En ella, muy brevemente, defendía que los cristianos somos libres de pensar diferente a lo establecido, sobre todo en materias sensibles en las que es lícito tener opiniones divergentes, que hoy día son políticamente incorrectas. Y que no por ello debemos recibir insultos, desprecios e intentos de ridiculizarnos. Así, me refería a la Jornada de la Familia, a lo que dice la Iglesia en tal o cual cuestión.

Pues bien, como de vez en cuando busco en google si alguien enlaza o habla de lo que escribo, apareció un blog en el que se hicieron eco de mi entrada. Titulaba su entrada "¿Libertad?". Significativo que lo ponga entre signos de interrogación, desde luego. En su entrada, comienza diciendo "...en esos blogs de ideología católica o conservadora que he visitado esta mañana había desde vitriónicos ataques a la izquierda hasta un intento de desacreditación demagogo a la libertad de conciencia y pensamiento, supongo que fruto de la impotencia que produce que haya gente que piense por si misma."

Quiero pensar que no se refería a mi entrada, en la que, precisamente, ni insulto ni hago lo segundo, sino más bien, defiendo la libertad de pensamiento.

A continuación, dice que destaca mi entrada (por cierto, le he dado las gracias por ello), y reproduce íntegramente y entre comillas mis palabras, precedidas de otro comentario: "...el tío se reivindicaba desde lo más profundo de su caverna cruzYfija diciendo". Y este señor seguirá pensando que el tolerante es él y el radical yo. ¿Víctima de la logse? Puede ser.

Luego culmina su confusión aludiendo a su duda de "...como se hace para ser libre con las cadenas de la religión...". A ver si ahora me voy a enterar de que no soy libre por ser cristiano, cuando precisamente mi fe se basa, entre otras cosas, en la libertad de elegir qué hacer con nuestra vida. Luego se escandaliza por mi forma de pensar acerca del "derecho civil del aborto". Esto ya estalla por sí mismo. Habría que recordar a este señor que el aborto no es un derecho civil, sino un delito (arts. 144 y siguientes del Código Penal). Delito del que, poco a poco, se destipifican algunos supuestos.

Luego se termina preguntando que "...¿dónde están tipos como él cuando salimos a la calle contra la guerra de Afganistán o por defender la vida de Aminatu Haidar? ¿Les preocupa de verdad la vida humana o sólo que nos rijamos por su escala de valores?".

Pues le contesto: en las manifestación contra la guerra de Afganistán o sobre Haidar yo estaba en el mismo sitio en el que estaba cuando la manifestación contra el aborto o en las jornadas de la Familia: en mi casa. No sé ni el tiempo que hace ya que no acudo a una manifestación, lo cual no implica que por no ir ya esté en contra de lo que allí se defiende. Es más, estoy en contra de las guerras, lo estuve en concreto contra la de Irak, igual que en contra de la de Afganistán, y siempre lo he manifestado así. Y no sólo en contra de esas dos, sino de más guerras que azotan el planeta y de las que algunos nunca hablan. Y lo que me preocupa, querido amigo, sí es la vida humana, y no que otros se rijan por mi escala de valores, pero que al no hacerlo, permitan y respeten que otros sí lo hagamos.

Y en mi turno de réplica, le pregunto yo que ¿dónde están señores como él en las manifestaciones contra el aborto o las dictaduras de izquierda? ¿será que les preocupa sólo que nos sometamos a no respetar la vida humana? ¿será que quieren imponer la selección de ideologías a la libertad política y de pensamiento? ¿Que no apoyen la defensa de la vida del no nacido es que desprecian su derecho a vivir, o es que piensan que no lo tiene?

Así que, concluyo, me carga el blogero amigo de razones, y, sobre todo, de libertad.

1 comentario:

Gazulin dijo...

El odio de ciertos sectores al catolicismo es evidente, no tienen argumentos, porque ellos mismos se contradicen, haciendo gala de estar bien aleccionados en el arte de la hipocresía, por desgracia estos son los señores que hablan de libertad, cuando tratan de coartar la de los demás.

Un saludo.