La libertad es un preciado bien. Un logro que si bien hoy se da por sentado que está con nosotros en el día a día, no siempre fue así.
Parece que ahora hay sectores de la sociedad que no están dispuestos a aceptar que todos somos libres. Que caben opiniones divergentes.
Hoy nos desayunamos con la prensa de izquierda azotando el discurso que ayer se podía oir en Madrid. La Jornada de la Familia fue clara. La Iglesia es clara. Los cristianos, también debemos serlo. Y no importa que seamos políticamente incorrectos. Porque somos libres. Y precisamente por eso, somos libres para decir que no creemos que sea correcto el matrimonio homosexual, que no sea correcto que éstos adopten hijos. Que no creemos que el aborto sea solución, y sí un terrible e injusto crimen. Porque somos libres.
Y porque somos libres también pensamos y creemos otras muchas cosas, que igual no generan debate, y de las que la prensa no se hace eco.
Seguirán azotando, pero seguirá significando que seguimos siendo libres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario