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jueves, 12 de noviembre de 2009

Amigos.

Echando la vista atrás, descubro que he ido conociendo a muchas personas, que he hecho muchos amigos, muchísimos. Unos mejores que otros, unos con una amistad más o menos intensa. Pero amigos.

La vida te va llevando por caminos diferentes a los de ellos, nos casamos, vivimos en sitios diferentes, cuando no trabajamos estamos con la familia. Y al final, ¡qué poco tiempo dedico a los amigos!

¿Quiere eso decir que ya no son lo amigos que eran antes? No, la verdad es que sigo presumiendo de amigos, contando sus anécdotas, recordando cuando la vida era diferente y había menos obligaciones y más tiempo para estar con ellos.

Desde aquí, dedicar un pequeño y sencillo homenaje a ellos, mis amigos, los que piensan a veces en mí, en los que pienso yo tantísimo (aunque nos veamos poquísimo), esos que a veces descuelgan el teléfono, esos que se alegran cuando soy yo quien llama.

Es uno de los tesoros de esta vida: los amigos.

1 comentario:

VdT dijo...

La vida se va complicando cada vez más. Los encuentros se distancian cada vez más. Uno lucha contra eso, pero la vida se empeña en llevarnos por caminos diferentes.

De todos modos, siempre alegra hablar con los amigos, aunque se les vea poco. Siempre alegra, aunque sea en la distancia.

Son muchas las vivencias juntos. También son muchas las vivencias por separado. Los encuentros entre amigos, por espaciados que sean en el tiempo, siempre sirven para añadir nuevas vivencias comunes a las ya vividas.

A los amigos,... en fin,... siempre se les echa de menos.

Aquí tienes un amigo. Un abrazo.