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viernes, 23 de octubre de 2009

Dinamarca.

No es que Dinamarca sea uno de los países que me apetezca especialmente conocer, aunque sé que tiene cosas interesantes para visitar. No sé, cuestión de preferencias.

Pero me llama la atención que se trata del segundo país más pacífico del mundo, según la clasificación de 2.008 de Global Peace Index, así como el país menos corrupto según Corruptions Perceptions Index (la verdad es que hay organizaciones para todo). Incluso lo catalogaron como el país más feliz del mundo y con la población más satisfecha del planeta, entre 2.006 y 2.008. Le dan ganas a uno de irse allí, pero no de turismo, sino a vivir.

Pero lo que más me sorprende de Dinamarca es su mercado laboral. Ahora que los adláteres del gobierno, digo, sindicatos españoles, han decidido salir a la calle a favor del gobierno y contra las empresas, y ahora que aquí se muestras inflexibles a cualquier modificación estructural del mercado laboral, me encanta comprobar cómo hay vida más allá de la cultura del inmovilismo sindical español.

Si en Dinamarca viven tan felices, hay tan poca corrupción, y les va la vida tan bien, será que las cosas que hacen no serán precisamente malas. Y centrándonos en el mercado laboral, de entrada vemos cómo en Dinamarca la tasa de desempleo es del 4,8%. O sea, que no les va mal la cosa. ¿Y qué tienen de peculiar allí? Su secreto consiste, a grandes rasgos, en un despido libre, un seguro de desempleo que puede alcanzar los cuatro años, una intensiva política de formación tanto de los parados como de los ocupados y un fructífero diálogo social. El resultado final es un mercado laboral dinámico, donde cada año cambia de puesto de trabajo uno de cada cuatro ciudadanos. Claro que allí no hay ningún Cándido Mendezssen de turno que se dedique a torpedear cualquier síntoma de flexibilización.

Está claro que no podemos extrapolar el sistema literalmente a España, donde tenemos características diferentes a Dinamarca, pero desde luego, creo que sí nos debe guiar hacia un camino distinto al actual, que ha demostrado con creces que no sirve para agilizar la contratación, ni que genere empleo.

Por cierto, ni soy danés ni soy empresario o autónomo. Pero tampoco me llamo Cándido.

4 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

Pues si,Gonover:medidas liberales, una clase política que viene de la empresa privada, formada, con cualificación profesional y académica,contrastada....todo lo contrario que aquí.
España está bajo el gobierno de una casta política, la más mediocre de Europa:gente sin formación, donde el 80% jamás han trabajado en la empresa privada, si no que desde su más tierna juventud han medrado y trepado por el organigrama del partido.

Tenemso unos sindicatos arcaicos y decimonónicos, amarillistas y verticales que están agarrados al pesebre de la subvención y que no van a morder la mano que les da generosamente de comer.
Están más preocupados de cuidar sus privilegios, el "status" de la caterva de golfos y "liberados" que de los 5.000.000 de parados que engrosan el INEM.

Cualquier parecido con Dinamarca...es imposible.

Unknown dijo...

Y supongo yo que también tendrán unos sueldos que contraresten esos cambios, esa inestabilidad, o estabilidad entrecomilladas.

Lo siento pero no estoy de acuerdo con la libertad de despidos en su máximo exponente, porque no nos engañemos, esa libertad existe.

Para poder comprobar tal panacea, habría que valorar, Rentas, valores, patrimonio, sociedad.... En españa una de las pocas cosas buenas que podemos tener los trabajadores es la "estabilidad" en nuestros trabajos y no estar a merced de caprichos empresariales o de querer cambiar de yate el patrón a costa e un sueldo. Que por ceirto eso ya está pasando y ponen la crisis como excusa perfecta.

Creo que los trabajadores merecemos un respeto, que me veo mas de una empresa despidieendo a los trabajadores mas antiguos o de mas edad y yendo al Sidi Ifni por mano de obra barata.

Saludo y muy bonito te ha quedado el nuevo de look

Gonover dijo...

Paco, ya digo en la entrada que Dinamarca no puede extrapolarse completamente a España, ya que son dos realidades diferentes.

Sentado eso, sí es cierto también que si a ellos les va bien, cierta flexibilidad a nosotros podría irnos mejor. Lo que está claro es que este sistema no nos funciona, porque incluso cuando la economía ha funcionado a las mil maravillas, ha habido tasas de desempleo relativamente altas.

Hablas de estabilidad del trabajador, pero ¿y la estabilidad del empresario? Y no hablo de la gran empresa, no, hablo del autónomo, o de la pequeña empresa. Sí, de esas personas que como tú o como yo emprenden una aventura en casi solitario, y generan 1 o 2 puestos de trabajo.

Esas personas necesitan estabilidad, seguridad, cierto margen de maniobra.

Esas personas son las que, de verdad, generan empleo en España, y a día de hoy, más que generar empleo, lo que hacen es cerrar sus chiringuitos por no tener ni ese, ni otros márgenes que les pudieran hacer aguantar.

Yo, como tú, soy empleado, pero me doy cuenta de que muchas empresas que llevan años y años con trabajadores, se ven imposibilitados de renovar la plantilla, de subsanar comodidades de trabajadores que, tras 20 años, ya no rinden, son una carga, y tienen un blindaje en forma de indemnización, que hace que el empresario se lo tenga que "comer con papas" hasta que se decida ir (improbable) o se jubile.

Anónimo dijo...

Hello,

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As you'll be aware, the GPI is a ground-breaking piece of research in the study of peace, which not only ranks nations by their peacefulness but also seeks to identify the drivers of peace. Now in its fourth year, the Index is produced by the Institute for Economics and Peace, a global think tank dedicated to the research and education of the relationship between economic development, business and peace. It is collated and calculated by the Economist Intelligence Unit.

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