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jueves, 29 de octubre de 2015

El espectro político español. La lucha por el centro.

Recuerdo que hasta no hace demasiado, había bastante consenso en la calle en que, salvando algunos partidos que parecían anclados en tiempos pretéritos, los conceptos de izquierda y derecha estaban superados. Que ya no había una clasificación de partidos en función de una ideología. Y en cierto modo era así. Hasta los primeros años del siglo XXI la moderación se apoderó del PSOE, y la deriva centrista del PP, que había abanderado a la derecha española en los años anteriores.

Hasta que apareció Zapatero. Hasta el 11M. En mi opinión, el 11M terminó por cambiar a la sociedad española. Aquellos conceptos superados de izquierda y derecha vuelven a surgir. No sólo eso. También se radicaliza y se generaliza en la izquierda española el odio a todo lo patrio. Comienza a revisarse la historia, a rescatar viejos odios. La clase política comienza a mostrarse cada vez más alejada de la categoría del político medio de los comienzos de la democracia. Vamos a peor...

Desde entonces, la derecha española ha vivido acomplejada. El PP comienza un viaje al centro para pelearle votos al propio PSOE, una vez agotado el caladero de la derecha, y asegurado el mismo. Y ciertamente habría que decir que tuvo su éxito, ya que Zapatero, tras dos legislaturas, vio como Rajoy disfrutó del mayor poder que el PP ha podido tener en España a todos los niveles. El PSOE, por contra, ve cómo esa aventura radicalizada le perjudica enormemente, y el votante moderado termina por cansarse de Zapatero y sus diatribas. El PSOE toca mínimos.

Y en estas que aparece una especie de movimiento, inicialmente parece que apolítico, que se denomina 15M, o "indignados". Algunos ya vimos que de apolítico nada. Este movimiento estaba dirigido por la izquierda española, que lejos de aquel concepto superado de ideologías distantes, comenzaba a tomar más fuerza y calado desde aquel fatídico 11M. La política de la crispación de Zapatero comenzaba a dar frutos. El problema es que esos frutos se alejaban de un PSOE que tras Zapatero, parecía querer recuperar esa lucha por el centro, el que siempre se ha dicho que ha propiciado todas las victorias electorales en España.

Y cuando el 15M parece ir cayendo en el olvido, surge Podemos. Por sorpresa, logra 5 eurodiputados en las últimas elecciones al Parlamento Europeo, con un discurso anti sistema, y que nos recordaba muchísimo a aquellas proclamas del 15M. Curiosamente, Podemos empieza a tener eco mediático en las televisiones de la derecha. A nadie se le escapa que, con la crisis y la corrupción, al PP se le estaba poniendo en chino el repetir éxito electoral. Tenían tiempo. Las europeas podían ser una prueba. Pero el objetivo era claro: hay que dividir el voto de la izquierda. Con la Ley D´Hont la clásica expresión "divide y vencerás" cobra una importancia extraordinaria. Pero el experimento se les fue de las manos. Otros medios vieron cómo Pablo Iglesias era un reclamo extraordinario para las audiencias. Algunos ven que la izquierda puede vivir de nuevas propuestas. Pablo Iglesias, a sabiendas de que manteniendo las proclamas anti sistemas y la ideología comunista, no aspiraban a más de un 10% de votos en el mejor de los casos, comienza toda una tarea por hacernos creer que ya no son comunistas aquellos que lo eran hasta hace poco. Comienzan a suavizar sus mensajes. Y las encuestas dicen que eso se traduce en más apoyos. A un año de las elecciones generales, incluso hay encuestas que dan a Podemos el primer puesto.

Y mientras, el PP sigue su viaje al extremo centro en lucha con un PSOE que ve que por su izquierda empiezan a quitarle votos, algo que no pasaba desde Julio Anguita.

Pero la derecha sigue huérfana. Nace Vox. A punto de entrar en el parlamento europeo, es claro en posicionarse: Vox es la derecha. Busca el voto descontento del PP, Busca al conservador. Busca al liberal. Pero el votante español medio es cobarde. Es miedoso. Empieza a surtir efectos la táctica del PP: "que viene Podemos". Idéntico a Alfonso Guerra, cuando gritaba aquello de "que viene la derechona". El efecto del miedo parece que tiene su efecto: Al PP no le pasa lo que al PSOE. Vox no consigue arrebatarle demasiados votos por la derecha, que sigue huérfana.

Y aparece un nuevo actor. Ciudadanos. Decir nuevo es faltar a la verdad. Ciudadanos era un partido menor, incluso menor que UPD, que ya estaba condenado a desaparecer de la escena política. Cataluña es la clave: El timorato PP naufraga, el PSOE no alcanza buenos resultados. Podemos se estanca (en realidad, lleva muchos meses en caída libre). Y Ciudadanos aparece como una fuerza creíble, novedosa. Aparece como firme defensora de ciertos valores patrios. Y es el gran favorecido de las elecciones catalanas. Ciudadanos ahora se presenta a todo el país como una alternativa de gobierno.

Las encuestas dan a Ciudadanos mejores resultados a medida que pasan las semanas. Parece que quien quiere un cambio ha abandonado a los comunistas disfrazados de Podemos, y ha decidido por opciones más creíbles y moderadas. Las propuestas de Iglesias ya no ilusionan, mantienen una buena base, eso sí. Pero en apenas 10 meses, pasan de aspirar a ganar, a tratar de alcanzar la treintena de escaños. Veremos si ni tan siquiera mejoran los resultados de Anguita.

Así que el panorama para el votante español está escorado totalmente hacia la izquierda. El PP en su perpetuo viaje al centro ha terminado por acercarse enormemente al PSOE, hasta el punto de adoptar políticas más de izquierdas en lo social, e incluso en lo económico. Se convierte en la tercera legislatura de Zapatero. El PSOE de Pedro Sánchez ve ahora que el centro es un pastel con demasiados comensales a repartir, así que decide plantarle cara a Podemos, rescatando un clásico de todo radical de izquierdas: vamos a atacar a la Iglesia. Ciudadanos aglutina a centristas cansados del PP, a izquierdistas moderados hartos del PSOE, a gente sin definir que sencillamente quiere un cambio y que ve a Podemos poco adecuado para ello. ¿Y la derecha? Pues en su mayoría parece que ha decidido apoyar a Ciudadanos como medio más factible de desalojar al PP de extremo centro del poder. Otros, muchos, aún con el miedo del lobo Podemos, sigue apoyando al PP.

Y unos cuantos valientes, han decidido no taparse la nariz al ir a votar y han visto en Vox una opción de valores y de ideas que resulta novedosa, en cuanto que llevamos demasiados años con los partidos que aglutinaban el voto de derecha viajando al centro y escorándose a la izquierda. Pocas opciones otorgan las encuestas a Vox, tristemente silenciado por los medios, a instancias del PP, que ve claramente como el verdadero enemigo que tiene a medio plazo es Vox. Ciudadanos es naturalmente el rival de PSOE y en un medio plazo deberán disputarse el voto de centro izquierda. Podemos es naturalmente el rival de IU, y deberán disputarse el voto de la izquierda más alejada de la moderación. Y al PP ya no le va a servir esa indefinición, ese extremocentrismo. En el centro ya hay tres partidos, y sabe que es por la derecha por donde le puede venir su derrota definitiva. El tiempo dirá. Es cierto que la mayoría de españoles se define de centro, más a la izquierda o más a la derecha. Y tres partidos son demasiados para ese pedazo de la tarta. O el PP se regenera y empieza a mirar un poco a la derecha, o le espera una larga travesía en el desierto. Tal vez ese sea el momento de Vox, pero desde luego, no podría ser antes del 20D.