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martes, 28 de julio de 2009

A la puerta de las vacaciones.

Este viernes toca echar el cerrojo al trabajo durante tres semanas. Será un cerrojo, pero con la llave a mano, que no está la cosa para olvidarse del trabajo. Al menos las dos primeras semanas.

Este año toca 10 días a caballo entre Conil y San Fernando, una semana en Sevilla, y otros 10 días en Italia. Haremos una ruta de Venecia a Roma, pasando por Florencia, San Gimignano, Siena, Orvieto y, posiblemente, Bologna o Padua. Mucha cultura, monumentos, museos, pasta, pizzas y helados.

Hasta que nos toque subir al avión, seguiremos procurando que Viktor pase unas vacaciones inolvidables, cosa que de momento parece que estamos logrando. La semana pasada descubrió la piscina. Parecía lo mejor del mundo, no paraba. Al principio se limitaba a la piscina de niños pequeños, pero poco a poco se va soltando e incluso ayer ya medio nadaba solo, aunque con manguitos.

El fin de semana pasado descubrió la playa, y la piscina ya quedó en un segundo plano. Realmente es lo que más le ha gustado de España. Seguro que pasará el año entero contando los días para volver a la costa gaditana. Normal, quién no. Pero más si te pasas el año en Bielorrusia, claro.

lunes, 27 de julio de 2009

Manolo Chaves y la defensa de la familia.

¿Quién dice que el PSOE no defiende a la familia? Al menos en Andalucía, la cuidan, y mucho. Quien no me crea, no tiene más que atender a la defensa de Manolo Chaves de la familia. De su familia, debería decir.

Su hijo Iván se casó recientemente con una tal Rocío. La cual ha sido contratada por la empresa Extenda, empresa relacionada con la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía. Empresa con procesos de selección muy, digamos, “selectivos”.

Su hermano Leo está colocado como director general de Tecnología e Infraestructura Deportiva, tras su paso por diferentes puestos políticos. Este puesto, por cierto, es de designación política.

Su hermano Carlos, guardia de seguridad él, por supuesto ejercía la profesión en la Junta de Andalucía, ha visto cómo su carrera evoluciona hasta ser Coordinador de Seguridad de la Junta de Andalucía, puesto, claro está, de designación política.

Otro hermano, Fco. José, era administrativo en Canal Sur. Puesto muy respetable. Pues el chico debía estar infrautilizado, tanto que en sólo 2 años fue promocionado a Jefe de Servicios Generales en la Televisión Pública. Claro está, promoción dependiente de nombramientos políticos.

Paula, la hija de Manolo, se licenció en Derecho, y nada más salir puestazo en Abengoa. Y de ahí, el salto a ser apoderada de multinacionales como MATSA, que justo tras designar a la hijísima, recibe subvenciones millonarias de la Junta de Andalucía que presidía su padre. Por cierto, Paula está encuadrada en el departamento jurídico, y no ha ejercido nunca como abogada. Claro que, pensándolo bien, no lo necesita.

Leonardo Chaves Marín, hijo de Leo, fue contratado a dedo por el consistorio de Alcalá de Guadaira, gobernado sempiternamente, cómo no, por un regidor socialista, Francisco Gutiérrez Limones. Por cierto, no concurrió a concurso-oposición.

Antonio José es una perlita. Este hermano de pronto aparece como apoderado de Climocuberta, luego deja de serlo y pasa a ser asesor de la misma. Empresa que, por cierto, ha visto multiplicadas casi por infinito sus adjudicaciones para prestar sus servicios a organismos públicos, sobre todo, a la Consejería donde su hermano Leo hace y deshace.

En fin, que estoy pensando hacerme amigo de alguno de estos, y que me adopte Manolo, que seguro que no me faltará trabajo, y del bien remunerado.

martes, 21 de julio de 2009

Al final: un esguince.

Debí contar la anécdota el otro día, cuando sucedió. Pero como estaba blogísticamente inactivo, pues se quedó en el tintero.

Ocurrió hace dos domingos, en Misa de 8 en la parroquia de los Redentoristas, de Sevilla (Barrio de Nervión). Es una iglesia bastante grande, con tres filas de asientos. Nosotros estábamos en los bancos de la derecha. Era primer domingo de mes, con lo cual, la colecta era para Cáritas. Las colectas en esa parroquia se hacen con el clásico "cepillo", la bandejita-cestita de mimbre. Pero las colectas de Cáritas se vienen haciendo en bolsas de tela.

Una señora de avanzada edad pasaba la bolsa por los bancos de la izquierda. De adelante hacia atrás, y luego de atrás hacia delante. Pero esto segundo no fue posible. Al llegar al fondo de la iglesia, tras recorrer toda la fila de adelante hacia atrás, un individuo de unos 50 años le birló, por el método del tirón, la bolsa de la colecta y puso pies en polvorosa. Yo sólo oí el grito de la asustada señora, no vi nada. Pero es de estas veces que el instinto te empuja. No lo dudé, salí de mi banco, y caminé hasta la puerta. Una vez fuera de la iglesia, comencé mi sprint. Lo vi como a 35 metros de distancia. Era consciente de que si la carrera se prolongaba, no lo iba a coger ni en broma. Mi estado de forma es inexistente. No obstante, el que tuvo retuvo (quiero creer) y en apenas 70 metros le di alcance. A decir verdad, él iba bastante lento y confiado.

Se sorprendió. Pensó que nadie iría tras él. Mi mano derecha atrapó su brazo izquierdo, justo cuando se metía la bolsa por dentro de la camisa. El ladrón vio frustrado su plan, y se apresuró a devolverme la bolsa. A la par que se excusaba por el robo, alegando necesidad. "La misma de los que van a recibir ese dinero", le repliqué. Con su brazo izquierdo, el que tenía asido con mi mano, me devolvió la bolsa, que recogí con mi mano izquierda (claro, la derecha seguía ocupada agarrando el brazo del señor).

Fue en ese momento cuando sucedió. Introdujo su mano derecha en la bolsa justo cuando me la terminaba de devolver, extrajo algunos billetes (qué sé yo, tal vez 20 ó 30 euros) y trató de zafarse de mi sujetadora mano. En ese momento yo ya la había aflojado, y debió doblarme el dedo anular (donde llevo la alianza). Lo dejé marchar, no sé si por falta de fuerzas, o por lástima que de verdad sentía por él. Igual con ese dinero cenaba. No sé. Hay quien me dijo que hay "profesionales" de los robos en las iglesias.

Volví con la bolsa casi íntegra, para alegría de la pobre señora. Y al percatarme de la incipiente hinchazón del dedo, retiré la alianza (que desde entonces llevo en la cadena, ya que en otro dedo se me cae). Desde ese día, unos días inmovilizado, y un diagnóstico final de esguince de curación pesada y larga.

El traumatólogo me despidió diciendo que el Señor me lo pagará. Es lo de menos, la verdad.

Lo realmente importante de esta anécdota no es la recuperación de la bolsa, ni el dolor del dedo. Lo verdaderamente importante es la situación a la que hemos llegado en la que se roba a los pobres. Es como la ley de la selva. ¿Qué está pasando? ¿Desesperación? ¿Ausencia de valores?

No sé, se me olvidó preguntarle al individuo.

domingo, 19 de julio de 2009

Hoy llega Viktor.

Hace unos 15 meses vi un folleto sobre el programa de acogida a niños bielorrusos. Era un folleto de la Hermandad de la Cena de Sevilla. En su país crecen con los problemas, graves, que arrastra la zona desde el desastre de Chernobyl. El programa consiste en acoger a niños de entre 7 y 16 años en España durante el verano, por unos 40 días. Gracias a esta visita a nuestro país, los niños aumentan su esperanza de vida en 1,5 años más. Si vienen 10 años, habrán aumentado su esperanza de vida en 15 años.

Lo hablé con mi mujer y no lo dudamos. Nos apuntamos a ser padres de acogida. El verano pasado nos dijeron que ya estaban todos los niños asignados, pero que nos tendrían en cuenta para este verano. Durante el verano pasado, nos confirmaron que para este año de 2.009 vendría a nuestra casa Viktor. Viktor tiene 7 años, y es la primera vez que viene a España.

A lo largo del año hemos sido partícipes de los numerosos problemas que han surgido para la venida de los niños de este año. Los criterios e imposiciones del gobierno bielorruso han hecho tambalearse al programa de acogida, hasta el punto de estar al borde del fracaso este año, y de que no viniera ningún niño a España.

Finalmente ya están aquí. Han empezado a venir durante este mes de julio, y Viktor llega hoy. Más de 24 horas de viaje lo traen a Sevilla. Nuestra casa es ya su casa. Nuestro tiempo, su tiempo. Si Dios quiere, es el primero de muchos años con nosotros.

Bienvenido Viktor.